Hemos escuchado muchas veces hablar del temido efecto invernadero. Y es que, aunque se trata de un fenómeno natural y que ha existido desde siempre, lo cierto es que la actividad humana está intensificando sus efectos, generando un calentamiento global con graves consecuencias ambientales.
En este artículo, aclaramos cuáles son las causas del efecto invernadero, en qué consiste exactamente, y cómo el uso de energías renovables, especialmente la solar, puede ayudar a mitigar sus consecuencias.
Efecto invernadero: ¿en qué consiste?
El efecto invernadero es un fenómeno natural mediante el cual algunos gases presentes en la atmósfera terrestre atrapan parte de la radiación infrarroja que emite la superficie de nuestro planeta. De esta forma, se mantiene una temperatura media global de en torno a 15ºC. Sin este fenómeno, la vida en la Tierra no sería posible, ya que la temperatura en su superficie descendería drásticamente, hasta unos -18ºC.
Este fenómeno recibe su nombre porque se asemeja al funcionamiento de un invernadero:
- La radiación solar atraviesa la atmósfera y calienta la superficie terrestre.
- Esta comienza a emitir calor en forma de radiación infrarroja, que asciende de nuevo hacia la atmósfera.
- Ciertos gases presentes en ella (como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso) retienen una parte, impidiendo que escape y manteniendo la temperatura del planeta en unos niveles adecuados.
El problema surge cuando este efecto invernadero se intensifica debido a una acumulación excesiva de gases de efecto invernadero (o GEI), que provocan un aumento anormal de la temperatura en la superficie del planeta. Este fenómeno se conoce como calentamiento global.
¿Cuáles son las causas del efecto invernadero?
La intensificación del efecto invernadero es, como acabamos de decir, consecuencia de un aumento en la concentración de GEI en la atmósfera. Ahora bien, ¿cuáles son las causas de esta acumulación?:
Emisión de gases de efecto invernadero
Los principales gases responsables del efecto invernadero son 4:
- Dióxido de carbono (CO₂). Lo causa principalmente la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) para generar electricidad, en industrias y transporte. También es consecuencia directa de la deforestación, ya que los árboles absorben CO₂.
- Metano (CH₄). Se genera en actividades agrícolas, en la descomposición de residuos orgánicos en vertederos y también durante la quema de combustibles fósiles. Aunque se encuentra en menores concentraciones que el dióxido de carbono en la atmósfera, su poder de calentamiento es mucho mayor.
- Óxido nitroso (N₂O). Proviene principalmente de los fertilizantes utilizados en la agricultura.
- Gases fluorados. Se utilizan en la fabricación de productos electrónicos y en su refrigeración. A pesar de que su presencia en la atmósfera es reducida, tienen un gran impacto en el calentamiento global.
Deforestación
Los árboles absorben CO₂ durante la fotosíntesis, ayudando a regular la presencia de este gas en la atmósfera. La tala indiscriminada de bosques reduce esta capacidad de absorción y regulación, contribuyendo directamente a la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera y al aumento del efecto invernadero.
Uso de combustibles fósiles
La quema de carbón, gas natural y petróleo es la principal fuente de emisiones de CO₂, y por tanto una de las principales causas del efecto invernadero.
Actividades agrícolas e industriales
La agricultura intensiva y algunos procesos industriales generan grandes cantidades de GEI: el uso de fertilizantes ricos en nitrógeno, la ganadería o la producción de cemento son algunas de las grandes causas del efecto invernadero.
¿Y sus consecuencias?
Las consecuencias del efecto invernadero dejan ver su impacto a nivel ambiental, pero también social y económico.
Cambio climático
El incremento de la temperatura global provoca cambios en los patrones del clima. El más grave son los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, inundaciones, huracanes y olas de calor cada vez más frecuentes y extensas.
Deshielo de los polos y aumento del nivel del mar
El aumento de temperaturas está provocando también el derretimiento de glaciares y de los casquetes polares. A consecuencia de esto, el nivel del mar se eleva lentamente, suponiendo una amenaza para poblaciones costeras e insulares. La NASA ha creado una herramienta de proyección donde podemos consultar cuál es el aumento del nivel del mar previsto para 2100.
Alteraciones en los ecosistemas
Los cambios rápidos en la temperatura y el clima afectan también a los ecosistemas, poniendo en peligro a muchas especies que no son capaces de adaptarse a estas nuevas condiciones.
Impacto en la agricultura
Además del aumento de las temperaturas, los cambios en las precipitaciones afectan a la producción agrícola, ya que se reduce el rendimiento de los cultivos. Esto pone a la población en una situación de inseguridad alimentaria.
Problemas de salud pública
El calor extremo y la contaminación del aire afectan a la salud, aumentando la incidencia de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Asimismo, otro riesgo para la salud pública es la propagación de enfermedades tropicales que hasta ahora no existían en España.
¿Hay algo que podamos hacer para mitigar las consecuencias del efecto invernadero?
No obstante todo lo anterior, lo cierto es que todavía podemos frenar el avance del cambio climático. Erradicar las principales causas del efecto invernadero, como la quema de combustibles fósiles, es perfectamente posible mediante la adopción de energías limpias y renovables como la solar.
Los paneles solares son capaces de capturar la luz del sol y generar energía sin generar ningún tipo de emisiones de CO₂. Su uso en hogares y empresas (¿ha escuchado hablar del autoconsumo industrial?) reduciría drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Para hacernos una idea del impacto de la energía solar en la reducción del efecto invernadero, hemos de considerar que una única instalación fotovoltaica doméstica es capaz de evitar la emisión de más de 3 toneladas de CO₂ al año. Esto equivaldría a plantar 150 árboles cada año.
A pesar de ser un fenómeno totalmente natural, lo cierto es que la acción humana ha acelerado el efecto invernadero y sus efectos negativos. Del mismo modo, está en nuestras manos adoptar estilos de vida más sostenibles para ayudar a mitigarlos y garantizar un futuro más seguro y ecológico para nuestro planeta.