La conciencia creciente sobre nuestro impacto ambiental y la necesidad de reducir el consumo de energías no renovables han llevado a la Unión Europea a implementar medidas cada vez más estrictas en materia de eficiencia energética. Una de las iniciativas más relevantes en este ámbito fue la introducción de una nueva etiqueta energética, actualizando las ya existentes para simplificarlas.
Analizamos a continuación en qué consiste esta etiqueta de eficiencia energética reformulada, qué novedades aporta y cómo puede ayudarle a reducir su factura de la luz.
¿Qué es la etiqueta energética? ¿Cuál es su función?
La etiqueta energética es un adhesivo del que disponen todos los electrodomésticos y que nos indica cuánta energía consumen o, lo que es lo mismo, su eficiencia energética. Este sistema de etiquetado se introdujo en la UE por primera vez en 1994, y ha ido sufriendo cambios para ajustarse a los avances tecnológicos y las necesidades de los consumidores.
Inicialmente, la etiqueta de eficiencia energética empleaba una clasificación que iba desde la letra A (la más eficiente) hasta la G (la menos eficiente). Las letras iban asimismo acompañadas de una graduación de color:
- A: verde oscuro.
- B: verde.
- C: verde claro.
- D: amarillo.
- E: naranja.
- F: naranja oscuro.
- G: rojo.
Posteriormente, el avance de la tecnología permitió hacer electrodomésticos más eficientes, que iban más allá de los niveles inicialmente previstos, por lo que se añadieron nuevas categorías: A+, A++ y A+++. Ahora bien, este cambio en el etiquetado resultó muy confuso para los consumidores, ya que resultaba difícil diferenciar entre tantas categorías. Además, casi todos los electrodomésticos nuevos se encuadraban dentro de los grupos A+, A++ y A+++, por lo que el resto de categorías quedaban prácticamente obsoletas.
Por este motivo, la UE decidió en 2021 modificar de nuevo el sistema de etiquetado para simplificarlo y hacerlo así más comprensible.
La importancia de la etiqueta energética
Escoger una etiqueta de eficiencia energética de las categorías más altas implica que nuestros electrodomésticos van a consumir una menor cantidad de energía durante su funcionamiento. Esto tiene una doble vertiente en cuanto a beneficios:
- Ahorro en la factura de la luz. La reducción de energía consumida se verá reflejada en nuestra factura de la luz, que será sustancialmente menor.
- Compromiso con la sostenibilidad. Utilizar electrodomésticos eficientes se traduce, asimismo, en una reducción de gases de efecto invernadero lanzados a la atmósfera, lo que nos hace contribuir activamente con la sostenibilidad del planeta. Ahora bien, si quiere dar un paso más allá en el cuidado del medio ambiente, puede introducir una fuente de energía renovable en su hogar instalando paneles solares en su balcón o terraza.
Características de la nueva etiqueta de eficiencia energética
La nueva etiqueta de eficiencia energética supone un retorno a la clasificación inicial de la letra A a la G, eliminando las categorías A+, A++ y A+++. Este cambio busca facilitar la comprensión del etiquetado y la comparación entre electrodomésticos.
Además, las nuevas etiquetas energéticas incorporan algunos elementos para hacerlas más fáciles de entender:
Escala de clasificación simplificada
La escala de la A a la G se ha recalibrado para que los electrodomésticos más eficientes alcancen la clase A. Sin embargo, esta categoría estará reservada a muy pocos, ya que se busca dejar espacio a los avances tecnológicos, evitando que la escala deba reformularse en el futuro.
Código QR
Cada etiqueta energética incluye un código QR que puede ser escaneado por los consumidores. Cuando lo hagan, encontrarán información adicional sobre el electrodoméstico, recogida en la base de datos europea EPREL, que permite conocer sus características técnicas y comparar así diferentes modelos con mayor detalle.
Pictogramas informativos
Se añaden también pictogramas que indican características específicas de cada electrodoméstico, como su consumo de agua indicado en litros, su capacidad o su nivel de ruido. Se trata de iconos universales, lo que facilita su comprensión en cualquier país de la UE.
Consumo energético anual
Se muestra también su consumo energético anual, indicado en kilovatios-hora (kWh). Esta información permite a los consumidores hacerse una idea del impacto que este tendrá en su factura de la luz.
Actualización
Una novedad que incorpora este sistema de etiquetado es que ha sido concebido para ser actualizado periódicamente. Esto significa que, a medida que los electrodomésticos se vuelvan más eficientes, los umbrales previstos para cada clase se actualizarán para mantenerse al día.
¿En qué nos afecta la etiqueta energética como consumidores?
Para el consumidor, la etiqueta de eficiencia energética es una herramienta muy importante a la hora de tomar decisiones informadas y conscientes sobre su consumo de energía en el hogar. Al simplificar la escala de eficiencia, se evita la confusión y se facilita la comparación entre las características técnicas de diferentes electrodomésticos. Al mismo tiempo, se hace más fácil ver cuáles son los que menos cantidad de energía consumen y, por tanto, nos resultarán más rentables en el largo plazo, ayudándonos a reducir nuestra factura de la luz.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos electrodomésticos que antes disponían de una etiqueta A+ o A++ pueden verse ahora en clases inferiores, como la B o la C, debido a la reequilibración de la escala que se ha implementado. Esto no significa que sean menos eficientes que antes, sino que el sistema de clasificación se ha vuelto más exigente. Es por ello que, en caso de duda, el consumidor debe prestar atención a los valores de consumo energético del electrodoméstico, y no únicamente a la clase energética asignada.
¿Es lo mismo etiqueta que certificado energético?
Aunque los términos puedan dar lugar a confusión, no es lo mismo etiqueta que certificado energético. Mientras que la etiqueta energética se refiere al consumo de energía de un electrodoméstico, el certificado energético es un documento oficial que nos informa de la eficiencia energética de nuestra vivienda. Es decir, abarca un terreno mucho más amplio y tiene en cuenta aspectos como el aislamiento de la vivienda, su consumo de energía, la cantidad de CO2 que emite por el uso de combustibles fósiles…
Ahora bien, aunque no se trate de lo mismo, sí que es cierto que el uso de electrodomésticos eficientes afecta directamente al certificado energético de una casa, ya que reduce considerablemente su consumo de energía.