Hace años que las vitrocerámicas han ganado un sitio preeminente en la mayoría de cocinas gracias a ser fáciles de usar y limpiar, y a su diseño elegante. Ahora bien, son también conocidas por ser uno de los aparatos de mayor consumo energético en una cocina, lo que, lógicamente, puede ser motivo de preocupación para los usuarios. Por eso, este artículo está dirigido a explicar cuánto consume una vitrocerámica y cómo podemos ahorrar energía mientras la utilizamos, de forma que nuestra factura de la luz se reduzca.
¿Cuánto consume una vitrocerámica? Le damos las cifras
En términos generales, podemos establecer que una vitrocerámica consume entre 1000 y 3000 W (vatios) por zona de cocción. Dado que en muchos casos utilizamos más de una zona de cocción a la vez, deberíamos multiplicar este consumo por el número de las que estén siendo utilizadas.
Ahora bien, las vitrocerámicas más modernas cuentan con zonas de diferentes tamaños y potencias, que permiten adaptarse a diferentes tamaños de recipientes y opciones de cocina, así como a optimizar su eficiencia.
¿Cómo calculamos este consumo?
El consumo energético de una vitrocerámica, como el de cualquier otro electrodoméstico (como la lavadora o el horno), se mide en kilovatios por hora (kWh). Esto se debe a que esa es la unidad que utilizan las compañías eléctricas para calcular y facturar el consumo de energía. La fórmula para calcular cuánto consume una vitrocerámica es sencilla:
Potencia (kWh) × Tiempo de uso (h)
Por lo tanto, si, por ejemplo, utilizamos una zona de cocción que consume 2000 W (2 kWh) durante media hora, nuestro consumo sería de:
2 × 0,5 = 1 kWh
Para calcular el coste económico de este consumo energético, debemos atender al precio de la luz en el mercado libre, que se puede utilizar en páginas donde actualizan el precio del kWh por horas cada día. Y es que no cuesta lo mismo utilizar la vitrocerámica a la 1 de la tarde que a las 10 de la noche: las horas punta coinciden precisamente con aquellas en la que cocinamos, por lo que la luz en estos momentos es más cara.
Factores que consumen en cuánto consume una vitrocerámica
Para calcular cuánto consume una vitrocerámica debemos tener en cuenta diversos factores. Detallamos a continuación los más relevantes:
- Tamaño y tipo de la zona de cocción. Como ya hemos indicado anteriormente, muchas vitrocerámicas actuales tienen zonas de diferentes tamaños y potencias. Generalmente, las zonas más grandes serán más potentes y, en consecuencia, su gasto energético también será más elevado.
- Frecuencia y tiempo de uso. Al tratarse de un electrodoméstico que se utiliza a diario, el tiempo de uso es lo que determinará su consumo de energía. Los platos que requieren canciones largas lo incrementarán significativamente.
- Su eficiencia. Los modelos con etiquetas más eficientes optimizan al máximo su uso de energía. Además, las vitrocerámicas de inducción constituyen el tipo más eficiente, ya que calientan únicamente el recipiente, y no la superficie.
- Uso de recipientes adecuados. Utilizar recipientes cuya parte inferior no sea plana o que no ocupen la totalidad de la zona de cocción incrementará el tiempo necesario para cocinar, lo que se traducirá en unmayor gasto de energía.
Trucos sencillos para ahorrar energía mientras cocinamos
Ahora que sabemos cuánto consume una vitrocerámica, estamos equipados con el conocimiento para hacer un uso más consciente y eficiente de ella. De esta forma, ahorraremos energía y lograremos reducir nuestra factura de la luz a final de mes. Presentamos ahora unas sencillas estrategias para reducir su consumo mientras cocina:
Utilizar recipientes del tamaño correcto
El tamaño del recipiente en el que cocinamos debe coincidir con el de la zona de cocción: no debe ser ni más grande ni más pequeño. Si esto sucede, se desperdiciará parte de la superficie de cocción, y con ella, también parte de la energía empleada.
Además, los recipientes dotados de una base plana y gruesa conducen mejor el calor, lo que permite reducir el tiempo de cocción.
Tapar las ollas y sartenes
Acostumbrarnos a utilizar las tapas de los recipientes en que cocinamos evitará la pérdida de calor. Por consiguiente, el tiempo necesario para cocinar nuestros alimentos se reducirá, así como la energía empleada.
Introducir una fuente de energía complementaria en casa
Contar con una fuente de energía renovable complementaria en casa, como es el caso de la solar, nos ayudará a reducir significativamente cuánto consume una vitrocerámica. Los paneles solares serán un gran aliado a la hora de reducir el consumo energético de su hogar, ya que le permitirán alimentar sus electrodomésticos de gran consumo sin tener que hacer uso de la red eléctrica. Verá los resultados desde el primer mes en su factura de la luz.
Aprovechar el calor residual
Una vitrocerámica tarda en enfriarse después de apagarse. Apagarla unos minutos antes de que los alimentos estén listos le permitirá beneficiarse de este calor residual para terminar de cocinarlos y mantenerlos calientes antes de servirlos.
Seleccionar la potencia adecuada
Usar la máxima potencia todo el tiempo supone un gasto innecesario de energía. Muchos alimentos no requieren de temperaturas tan altas para cocinarse: puede reducir la potencia para reducir al mismo tiempo su consumo sin que esto afecte al resultado final.
Utilizar utensilios de calidad
Invertir en buenos utensilios, fabricados en acero inoxidable o aluminio de alta calidad, facilitará la distribución uniforme del calor al cocinar, lo que acelerará la cocción y reducirá el gasto energético.
Cocinar cantidades grandes
Cocinar en lotes grandes, o para más de una vez, reduce la necesidad de utilizar la vitrocerámica más de una vez al día. Puede guardar las porciones sobrantes en la nevera o congelarlas, y tendrá comida preparada para varios días.
Utilizar opciones de bajo consumo
Algunas vitrocerámicas están equipadas con programas de bajo consumo o “eco”, diseñados específicamente para hacer un uso eficiente de la energía.
Mantener la cocina bien ventilada
Los modelos de vitrocerámica más antiguos pueden ver su funcionamiento ralentizado si se acumula un calor excesivo. Por ello, es recomendable mantener la cocina bien ventilada para evitar que el calor ambiental interfiera con el funcionamiento de este electrodoméstico.
Considerar cambiar a un modelo más eficiente
Si su vitrocerámica ya tiene algunos años, puede considerar sustituirla por un modelo más moderno y energéticamente eficiente, como los de inducción. Si bien el coste inicial puede ser mayor, notará rápidamente la diferencia en su consumo de energía y en su factura de la luz.