Muchos hogares disponen actualmente de una secadora, ya que se trata de un electrodoméstico que facilita nuestras vidas: nos permite tener ropa completamente seca en pocas horas. Esto es especialmente útil en climas muy húmedos (tan importante como contar con un deshumidificador) o durante las estaciones más frías.
Ahora bien, la contraparte de esta conveniencia es su consumo energético: las secadoras son uno de los electrodomésticos más demandantes de nuestro hogar. En este artículo, analizamos en mayor detalle cuánto consume una secadora mientras se encuentra en funcionamiento, y proporcionamos algunos trucos fáciles de implementar para ahorrar energía y dinero en su factura de la luz.

¿Cuánto consume una secadora?
El consumo energético de una secadora, igual que cualquier otro electrodoméstico (lavadora, lavavajillas), se mide en kWh. Para dar unos cálculos más aproximados de cuánto consume una secadora, vamos a distinguir 3 tipos:
- Eléctricas: suelen consumir entre 2 y 6 kWh por ciclo. Podríamos considerar un promedio de 4 kWh por ciclo, lo que no la convierte en la opción más eficiente a nivel energético.
- De gas: consumen de 0,5 a 0,75 metros cúbicos de gas por ciclo, así como una pequeña cantidad de energía (unos 0,5 kWh).
- Con bomba de calor: constituyen el modelo más eficiente, y consumen entre 1 y 2 kWh por ciclo.
Un hogar que utilice la secadora una media de 3 veces por semana, consumirá entre 36 y 72 kWh al mes. Este consumo, con un precio medio del kWh a 0,2€, tal y como está siendo la media de este mes de enero, se traduciría en un gasto de entre 7 y 14,4€ mensuales.
Factores que determinan su consumo energético
Cuánto consume una secadora, como cantidad total, depende de varios factores, que detallamos a continuación:
Tipo de secadora
Como acabamos de ver, el tipo de secadora determina en gran medida su consumo:
- La secadora eléctrica es la que consume más energía, debido a que utiliza resistencias eléctricas para generar calor.
- La secadora de gas es mucho más eficiente a nivel de uso de energía, ya que solo se emplea para accionar el tambor y los ventiladores. Ahora bien, hemos de incluir en la ecuación el consumo de gas (natural o propano) para calentar el aire.
Capacidad
Cuanto mayor sea la capacidad del tambor, mayor será el consumo de energía de cada ciclo.
Tecnología empleada
La tecnología que se utiliza para secar la ropa tiene también un papel decisivo en cuánto consume una secadora. Puede hacerse de 3 formas:
- Por evacuación. Expulsan el aire caliente y húmedo al exterior, por lo que el consumo de energía es considerable. Esta es una opción poco eficiente.
- Por condensación. Condensan la humedad en un tanque de agua. Esta es la opción con el mayor gasto energético.
- Con bomba de calor. Reutilizan el calor para secar la ropa, lo que convierte esta opción en la más eficiente.
Tipo de ropa
Los tejidos más pesados, como es el caso de las toallas, requieren de más tiempo para secarse que los ligeros, por lo que el consumo de energía de estos ciclos es mayor.
Cantidad de ropa
Sobrecargar o no llenar suficientemente la secadora hará que el ciclo sea ineficiente, consumiendo energía innecesariamente.
Humedad inicial
Si la ropa ha sido suficientemente escurrida en la lavadora mediante un ciclo de centrifugado, requerirá menos tiempo y energía para secarse.
Frecuencia de uso
Cuanto más se utilice la secadora, el consumo energético, lógicamente, aumentará.
Estrategias para reducir cuánto consume una secadora
Aunque las secadoras no dejan de ser electrodomésticos de gran consumo energético, existen diversas estrategias que podrán ayudarle a reducirlo, así como el coste asociado a este:
Apostar por modelos energéticamente eficientes
A la hora de escoger una secadora para su hogar, guíese por su etiqueta de eficiencia energética. Priorice aquellas con una etiqueta A+++, A++ o A+, ya que están diseñadas específicamente para optimizar su consumo energético y ser eficientes con el mínimo gasto posible de energía. Esto se traducirá en un ahorro considerable en energía y dinero a largo plazo.
Aprovechar la capacidad total del tambor
Es recomendable, en la medida de lo posible, realizar ciclos de secado con una carga completa del tambor. Un ciclo completo a media carga consumirá más energía. Sin embargo, tampoco es aconsejable sobrecargar su secadora, ya que se reducirá su eficiencia.
Aprovechar el centrifugado de la lavadora
Antes de colocar la ropa en la secadora, aproveche el programa de centrifugado de la lavadora para escurrirla al máximo posible. Cuanto menor sea la humedad de las prendas, menor será el tiempo de secado.
Mantenimiento preventivo
Mantener la secadora en buen estado garantizará un funcionamiento eficiente. Asegúrese de seguir los siguientes pasos:
- Limpiar el filtro de hilos y pelusas tras cada lavado, para asegurar un correcto flujo de aire.
- Revisar los conductos de ventilación y limpiarlos regularmente.
- Confirmar que el condensador (si procede) está libre de obstrucciones.
Apostar por programas eficientes
Muchas secadoras incorporan en la actualidad programas eficientes, como los “eco” o de secado a baja temperatura que, si bien tardan más tiempo, consumen una menor cantidad de energía.
Aprovechar el calor residual
Cuando la secadora termine de funcionar, seguirá caliente durante un tiempo. Es recomendable sacar la ropa lo antes posible para evitar que se arrugue, reduciendo la necesidad de planchar.
Programar su funcionamiento
Para reducir cuánto consume una secadora, puede programar su funcionamiento para que se ponga en marcha durante las horas valle, cuando el precio de la electricidad es menor.
Otras acciones alternativas
Existen otras opciones, que van más allá de maximizar la eficiencia de su secadora, y que le ayudarán a reducir su consumo de energía igualmente:
- Utilice paneles solares para conseguir una fuente complementaria de energía para su hogar, y utilizarla para alimentar sus electrodomésticos de mayor consumo. Podrá ver este ahorro de energía reflejado rápidamente en su factura de la luz.
- Siempre que sea posible (en días soleados y poco húmedos) trate de secar la ropa al aire. Esta acción no sólo ahorra energía, sino que le ayudará a preservar sus prendas en buen estado durante más tiempo.