Si bien el horno es un electrodoméstico de gran importancia en cualquier cocina, lo cierto es que es también uno de los que más energía consumen en el hogar. Cualquier casa que esté interesada en reducir su factura de la luz y su impacto ambiental debe saber con exactitud cuánto consume un horno, de forma que pueda tomar las medidas necesarias para reducir su consumo energético.
En este artículo, explicaremos cómo se mide el consumo de energía de un horno, qué factores lo influencian, y daremos unos pequeños trucos para ahorrar energía mientras está cocinando.
¿Cuánto consume un horno?
El consumo energético de un horno, al igual que el de cualquier aparato eléctrico, se mide en kilovatios por hora (kWh). Como regla general, podemos establecer que consume entre 1,2 y 2,5 kWh por hora de uso, aunque dependerá de su tipo, tamaño y de la temperatura a la que se encuentre.
Cuánto consume un horno según su tipo
Con objeto de proporcionar una cifra más aproximada de cuánto consume un horno, hemos elaborado una tabla que recoge las estimaciones de gasto energético según su tipo:
Tipo de horno | Consumo promedio por hora |
Horno eléctrico estándar | 1,8- 2,2 kWh |
Horno eléctrico con convección | 1,2- 1,5 kWh |
Horno de gas (componentes que emplean electricidad) | 0,1 – 0,3 kWh |
Horno de sobremesa | 0,8 – 1,2 kWh |
Sin embargo, hemos de tener presente que estos valores, al ser aproximados, pueden variar en función de otros factores, que veremos en mayor detalle a continuación.
Cálculo del coste de uso
Para calcular cuánto cuesta cocinar en un horno, podemos utilizar una fórmula muy sencilla:
Coste = Consumo (kWh) × Tarifa eléctrica (€/ kWh)
Si, por ejemplo, nuestro horno consume 2 kWh, y tomamos como referencia el precio medio del kWh en 2024, que son 0,06€, utilizar el horno durante una hora nos costaría 0,12€.
Factores que afectan al consumo energético de un horno
A pesar de las cifras de consumo aproximadas que hemos proporcionado, hay algunos factores que afectan directamente a cuánto consume un horno. Los detallamos a continuación:
- El tipo de horno. El primer elemento que determina su consumo energético ya lo hemos mencionado, y es el tipo de que se trate.
- Los hornos eléctricos son los que comúnmente encontramos en las casas, y consumen una cantidad de energía considerable, especialmente si se utiliza con frecuencia o durante largos períodos de tiempo.
- Por otro lado, los hornos de gas, prácticamente en desuso en la actualidad, no utilizan la electricidad como fuente de calor, sino para alimentar algunos de sus componentes, como el ventilador y los controles electrónicos. Es por ello que consumen una cantidad de energía mucho menor que los anteriores, aunque debemos tener en cuenta su consumo de gas.
- Su tamaño. Los hornos más grandes requieren de una mayor cantidad de energía para calentar su interior. Un horno compacto o de sobremesa pueden ser suficientes para una persona que viva sola o que necesite calentar cantidades de comida pequeñas.
- La temperatura a la que lo programemos. Conforme la temperatura del horno aumenta, asciende también su consumo de energía. Por ejemplo, cocinar a 180ºC tendrá un menor gasto energético que hacerlo a 250ºC. El tiempo de uso también incrementa cuánto consume un horno.
- El uso de funciones adicionales. Aunque útiles, las funciones suplementarias que ofrecen algunos hornos (como la autolimpieza) pueden aumentar significativamente su gasto de energía. El modo autolimpieza o pirolítico, por ejemplo, puede consumir hasta 4 kWh en un solo ciclo.
- Su aislamiento. Un horno bien aislado conservará mejor el calor en su interior, reduciendo la necesidad de calentamiento continuo y, por tanto, de gasto energético.
¿Cómo ahorrar energía al usar el horno?
Dado que el horno es uno de los electrodomésticos con un mayor uso de energía en nuestra cocina, siempre resulta útil tener en cuenta algunos consejos para optimizar su uso y reducir en consecuencia nuestra factura de la luz:
Incluir una fuente de energía renovable en casa
Esta opción no sólo resulta conveniente para ayudar a reducir cuánto consume un horno, sino cualquier otro electrodoméstico casero. Gracias a los paneles solares, podrá aprovechar la energía solar para alimentar los aparatos de mayor consumo de su hogar, reduciendo considerablemente su gasto en electricidad.
Además, reducir su consumo de electricidad es beneficioso para el medio ambiente, ya que se reducen las emisiones de dióxido de carbono causadas por el uso de energías no renovables.
Aprovechar la convección
Si su horno cuenta con un ventilador de convección, es recomendable utilizarlo, ya que su función es distribuir el calor de forma homogénea por todo su interior. De esta forma, los alimentos se pueden cocinar a temperaturas más bajas, ahorrando, de media, hasta un 20% de energía en cada uso.
Evitar abrir la puerta del horno
Cada vez que se abre la puerta, el horno pierde hasta el 25% del calor de su interior, lo que lo obliga a realizar un trabajo extra para recuperar la temperatura perdida, y resultando en un mayor consumo de energía. Aproveche la luz de su interior y el vidrio transparente de la puerta para comprobar el estado de cocción de los alimentos, abriendo la puerta únicamente cuando sea indispensable.
Cocinar varios alimentos a la vez
Cuando sea posible, organice sus recetas de forma que pueda cocinar varias en el horno al mismo tiempo, aprovechando todo el espacio disponible.
Descongelar previamente los alimentos
Si va a cocinar alimentos congelados, déjelos en la nevera o a temperatura ambiente durante unas horas para que se descongelen antes de meterlos en el horno. Introducir alimentos congelados en su interior afecta negativamente a cuánto consume un horno, ya que necesita realizar un esfuerzo extra para elevar la temperatura inicial.
Apagar el horno antes de terminar de cocinar
Estos electrodomésticos retienen un calor residual tras apagarse. Por lo tanto, apagar el horno unos minutos antes de terminar de cocinar nuestro plato nos permitirá aprovechar este calor para terminar la cocción sin gastar energía adicional.
Usar recipientes adecuados
Materiales como el vidrio y la cerámica retienen mejor el calor que otros como el metal, permitiendo cocinar los alimentos de forma más homogénea y, por tanto, eficiente.
Hacer uso de los modos de ahorro de energía
Muchos hornos ofrecen opciones eco y de bajo consumo, diseñadas específicamente para reducir su gasto de energía, y que puede aprovechar siempre que sea posible.
Invertir en un horno eficiente
Los electrodomésticos eficientes son aquellos diseñados para consumir menos electricidad. Si está pensando en cambiar su horno, fíjese en los que tienen la etiqueta A+++ o A++.
Limpiar regularmente el interior
La acumulación de residuos como grasa en el interior del horno puede absorber parte del calor, reduciendo su eficiencia y aumentando el tiempo de cocción. Por ello, es recomendable limpiar regularmente su horno.
Planificar el uso
Si le resulta posible, planifique el uso del horno durante las horas en las que el precio de la electricidad es más bajo para ahorrar en la factura de la luz. Asimismo, si piensa utilizar el horno varias veces, trate de organizarse para aprovechar el calor residual y reducir su tiempo de calentamiento inicial.