Si desea comprar una casa o realizar reformas en la suya, es más que probable que haya escuchado hablar del certificado energético de la vivienda o edificio. Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente y cuál es su importancia? En este artículo, detallamos todos sus pormenores: qué es, para qué sirve y cuál es su precio, para que se convierta en un experto en el tema.
¿Qué es el certificado energético de una vivienda?
El certificado energético de una vivienda es un documento oficial que evalúa y califica su consumo energético, proporcionándonos información sobre su eficiencia y su impacto ambiental (medido en sus emisiones de dióxido de carbono). Desde junio de 2013, este certificado es obligatorio para todos aquellos que quieran vender su vivienda (también en el caso de edificios).
Su objetivo es informar a propietarios, potenciales compradores y arrendatarios del estado y comportamiento energético del inmueble. De esta forma, se busca promover la mejora de la eficiencia energética en este sector.
¿Para qué sirve?
El certificado energético de una vivienda tiene varias funciones:
- Informativa. Proporciona a los futuros compradores y arrendatarios del inmueble una visión clara de su consumo energético y emisiones de CO2. De esta forma, se facilita la toma de decisiones informadas en el mercado inmobiliario y se favorece la autonomía del consumidor.
- Fomento de la eficiencia energética. Poniendo sobre la mesa la eficiencia energética de los inmuebles, se favorece la adopción de medidas encaminadas a reducir el consumo innecesario de energía en el hogar. Del mismo modo, se favorece la sostenibilidad de este.
- Acceso a ayudas y subvenciones. Si quiere optar a las ayudas por rehabilitación energética de viviendas y edificios (que puede obtener por la instalación de paneles solares o sistemas fotovoltaicos), es necesario presentar un certificado de eficiencia energética que avale la mejora en el consumo de energía.
- Cumplimiento de la normativa. Como ya hemos dicho, los propietarios del inmueble están obligados a presentarlo si quieren venderlo o alquilarlo. No hacerlo puede conllevar sanciones económicas.
¿Qué mide el certificado energético de la vivienda?
El proceso para obtener el certificado energético de una vivienda evalúa diversas variables que influyen en su consumo de energía. Estas son:
- Su envolvente térmica. Se analiza el aislamiento de paredes, techos, suelos, ventanas y puertas de la vivienda, para analizar las pérdidas de calor que afectan a la demanda de energía.
- Los sistemas de calefacción y refrigeración. Se evalúan los sistemas de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS) del hogar, y se considera su eficiencia según el tipo de combustible que utilicen.
- La ventilación. Se examinan los sistemas de ventilación y su impacto en la calidad del aire del interior y consumo energético.
- La iluminación. Se analiza la eficiencia de la iluminación en términos de consumo total de energía.
- El uso de energías renovables. Si existen sistemas de generación de energía renovable en la vivienda o el edificio, como paneles solares, se considera su contribución a la reducción en el uso de fuentes de energía primarias no renovables.
Tras evaluar todos estos factores, se asigna a la vivienda una calificación energética, que puede ir de la letra A (para las más eficientes) a la G (para las menos). Esta calificación, además de su dimensión informativa, facilita también la comparación entre diferentes inmuebles, favoreciendo la toma de decisiones informadas por parte del comprador.
Certificado energético vivienda: precio y procedimiento
En cuanto al certificado energético de la vivienda y su precio, este varía dependiendo, fundamentalmente, del tamaño de esta y la zona en la que se encuentre. La oferta de técnicos certificadores en la zona y la competencia serán también factores clave a la hora de determinar el precio.
Sin embargo, podemos establecer que el gasto promedio para una vivienda unifamiliar o para un piso de dimensiones estándar oscila entre los 100 y 250€. Siempre es recomendable solicitar varios presupuestos y confiar únicamente en profesionales debidamente acreditados.
Proceso para obtener el certificado energético de su vivienda
- Contratar a un técnico autorizado. Este certificado sólo lo pueden otorgar profesionales habilitados, como arquitectos, ingenieros o técnicos especializados.
- Inspección. El técnico realiza una visita a la vivienda y recopila información sobre sus características, aislamiento, sistemas de calefacción y refrigeración, iluminación, ventilación y cualquier otro elemento que considere relevante.
- Análisis. Estos datos se analizan en programas informáticos reconocidos y aceptados por el Ministerio para la Transición Ecológica y se calcula la calificación energética del inmueble.
- Emisión del certificado. A continuación, se emite el certificado de eficiencia energética del inmueble, que incluye la calificación obtenida y recomendaciones para mejorar su eficiencia energética.
- Registro del certificado. Este debe ser registrado en el organismo competente de la respectiva Comunidad Autónoma. Este trámite lo realiza generalmente el propio técnico certificador. A partir de este momento, comienza a generar derechos y obligaciones para el propietario del inmueble:
- Obligación de presentarlo para su arrendamiento o compraventa, tanto en el momento de formalizarla como en el propio anuncio del inmueble.
- Derecho a acceder a ayudas y subvenciones.
¿Cuál es su validez?
El certificado energético de una vivienda tiene una validez de 10 años, excepto si la calificación otorgada es una G, en cuyo caso se reduce a 5.
Sin embargo, si se realizan reformas significativas que afecten a su consumo energético, es recomendable actualizarlo para que refleje adecuadamente las nuevas condiciones y ver si es posible obtener una mejor calificación.
Excepciones a la obligatoriedad de este certificado
Existen algunas excepciones en las que no resulta obligatorio obtener este certificado. Las exponemos a continuación:
- Edificios protegidos, en el caso de que el cumplimiento de los requisitos de eficiencia energética altere de forma definitiva su carácter o apariencia.
- Edificios o partes de edificios utilizados exclusivamente como lugares de culto o para el desarrollo de actividades religiosas.
- Construcciones provisionales, con un plazo de utilización previsto que sea igual o inferior a 2 años.
- Edificios industriales, agrícolas o de defensa, en sus partes destinadas a usos no residenciales.
- Edificios que se compren para realizar reformas estructurales o para su demolición.