Uno de los factores de más peso en el consumo de energía de un hogar son sus electrodomésticos. Por lo tanto, escogerlos adecuadamente resultará crucial si queremos evitar que nuestra factura de la luz se dispare. Es por ello que, a mediados de los años 90, la Unión Europea estandarizó el consumo de energía de estos en una serie de categorías de eficiencia energética para electrodomésticos, que, con algún cambio, siguen vigentes en la actualidad.
Si quiere reducir el consumo de energía de su hogar, es fundamental conocer más en detalle las clasificaciones energéticas de los electrodomésticos, para poder escogerlos correctamente. En este artículo ampliamos esta información.
¿Cuáles son los criterios de eficiencia energética de los electrodomésticos?
La eficiencia energética de los electrodomésticos se ve reflejada en su etiqueta energética, que los clasifica en una serie de categorías que van de la letra A (para los electrodomésticos más eficientes) a la G (para los menos). Los criterios que esta evalúa son los siguientes:
- Consumo de energía, medido en kWh, por año o por ciclo de uso (dependiendo del electrodoméstico).
- Eficiencia en el uso, considerando factores como capacidad de lavado, temperatura óptima de funcionamiento, calidad de refrigeración o capacidad de secado.
- Consumo de agua (si procede), medido en litros por ciclo.
- Ruido, clasificado en decibelios (dB) en una escala adicional que abarca de la letra A a la D.
- Tecnologías de eficiencia, evaluando si el electrodoméstico está equipado de tecnologías que reduzcan su impacto ambiental, tales como motores inverter o sensores de carga.
Hemos de precisar que esta escala para medir la eficiencia energética de electrodomésticos se encuentra en constante revisión y optimización, de forma que sea capaz de adaptarse y dar cabida a los avances tecnológicos presentes y futuros.
La importancia del consumo medio de referencia
El consumo medio de referencia es un valor establecido por la Unión Europea que representa el consumo promedio de los electrodomésticos dentro de una misma categoría. Se calcula realizando pruebas estandarizadas que miden su rendimiento en condiciones reales de funcionamiento. Los resultados obtenidos servirán como punto de comparación para establecer la eficiencia energética de los electrodomésticos de esa categoría según el modelo.
Ahora bien, ¿qué miden esas pruebas estandarizadas para obtener el consumo medio de referencia? La respuesta depende de cada electrodoméstico. Proporcionamos algunos ejemplos:
- Para los frigoríficos, se calcula su capacidad de almacenamiento y la tecnología de refrigeración que utilizan.
- Para el caso de las lavadoras, se mide en base a un número determinado de ciclos de lavado al año con una carga estándar.
- En los lavavajillas, se calcula teniendo según el número de cubiertos y la cantidad de ciclos de lavado que se realicen al mes.
¿Qué relevancia tiene el consumo medio de referencia en la eficiencia energética de los electrodomésticos?
Este valor permite al consumidor comprar fácilmente diferentes modelos y marcas del mismo electrodoméstico, de forma que pueda decidir cuál es más eficiente. Así, podrá escoger de forma consciente e informada cuál se adapta mejor a sus necesidades y le ayudará a reducir en mayor medida su consumo energético.
Sin embargo, si nuestro objetivo es reducir significativamente nuestra factura de la luz, no debemos pasar por alto la importancia de la energía renovable. Dotar a nuestro hogar de una fuente de energía complementaria instalando paneles solares nos ayudará a reducir nuestro gasto de electricidad anual entre un 40 y un 60%.
Las clasificaciones energéticas de los electrodomésticos, en detalle
Desglosamos a continuación las diferentes clasificaciones energéticas de los electrodomésticos según su consumo.
Categoría A (electrodomésticos ultraeficientes): verde oscuro
Dentro de esta categoría se encuentran los electrodomésticos más eficientes, que incorporan las últimas novedades en tecnología para optimizar su consumo y reducirlo al máximo, como motores de alta eficiencia y sensores inteligentes para optimizar el consumo.
Su consumo de energía alcanza hasta el 30% de los valores de referencia.
Por ejemplo, los frigoríficos pueden consumir unos 100 kWh al año, y los lavavajillas pueden llegar a utilizar solo 0,8 kWh y 8 litros de agua por ciclo.
Categoría B (electrodomésticos de muy alta eficiencia): verde
Esta categoría agrupa los electrodomésticos con gran eficiencia, pero que pueden tener pérdidas moderadas de energía.
Su consumo de energía se encuentra entre el 30 y el 42% del consumo medio de referencia.
Un frigorífico de categoría B puede consumir entre 120 y 140 kWh al año, y un lavavajillas usará hasta 0,75 kWh por ciclo.
Categoría C (electrodomésticos de alta eficiencia): verde claro
Dentro de la categoría C se encuentran los electrodomésticos que consumen entre el 42 y el 55% de los valores medios de referencia. Si bien siguen siendo eficientes, su tecnología está menos optimizada para reducir su consumo energético.
Por ejemplo, un frigorífico consumirá entre 150 y 180 kWh al año, y un lavavajillas unos 0,9 kWh por ciclo.
Categoría D (electrodomésticos de eficiencia moderada): amarillo
Entramos ahora en las clasificaciones energéticas de electrodomésticos menos eficientes. Su tecnología es estándar, y aunque el rendimiento es bueno, no hay optimización del consumo.
Su gasto de energía se encuentra entre el 55 y el 75% del consumo medio de referencia.
Un frigorífico de categoría D consumirá entre 200 y 250 kWh al año, y un lavavajillas, en torno a 1,1 kWh por ciclo.
Categoría E (electrodomésticos de baja eficiencia): naranja
Con un mayor gasto de agua y energía, la categoría E concentra un consumo medio de entre el 75 y el 90% de los valores de referencia.
Un frigorífico de este tipo consumirá entre 250 y 300 kWh al año, mientras que un lavavajillas gastará en torno a 1,3 kWh por ciclo.
Categoría F (electrodomésticos de baja eficiencia): naranja oscuro
La eficiencia energética de los electrodomésticos de la categoría F es muy baja: hablamos de modelos antiguos, con altos niveles de ruido y consumo de agua y electricidad.
Su consumo energético se sitúa entre el 90 y el 110% de los valores de referencia.
Un frigorífico consumiría hasta 350 kWh al año, y un lavavajillas, 1,5 kWh por ciclo.
Categoría G (electrodomésticos de muy baja eficiencia): rojo
Dentro de esta categoría se engloban electrodomésticos muy antiguos y con una tecnología obsoleta, capaces de consumir más del 110% de los valores de consumo medio de referencia.
Un frigorífico de categoría G consumirá más de 350 kWh al año, mientras que un lavavajillas superará los 1,8 kWh por ciclo.
Por lo tanto, conocer la eficiencia energética de los electrodomésticos nos ayudará a escoger aquellos que consuman menos y cuyo impacto ambiental sea menor. De esta elección se beneficiarán tanto nuestro bolsillo como el medio ambiente.